Escobar: Paraíso perdido, a pesar de su nombre, su cartel y su intencionada pretensión de ofrecer al personaje de Pablo Escobar (Benicio del Toro) como protagonista, no cuenta su historia, sino que sólo se utiliza para contextualizar la verdadera trama, la historia de amor entre Nick (Josh Hutcherson) , un joven canadiense y María (Claudia Traisac), la sobrina de Escobar.
Un amor complicado y peligroso por el hecho de introducirse dentro de la familia del «patrón» colombiano es la verdadera trama de esta película, por lo tanto, no está hecha para el espectador que busque un biopic, un documental o un enfrentamiento entre las dos caras de Pablo Escobar.
Es comprensible que se busquen historias alternativas relacionadas con este personaje, ya que sobre la vida y «obra» de Pablo Escobar ya está casi todo hecho tanto en cine como en televisión, sirvan de ejemplo, Escobar: el patrón del mal, Los archivos privados de Pablo Escobar, Pecados de mi padre, Pablo, ángel o demonio o Blow, entre otras.
Aunque siempre partiendo de la ficción, Escobar fue un personaje real, y la contextualización de la trama necesitaba algo de verdad. El film muestra las dos caras del «patrón», aunque se centra especialmente en potenciar su lado oscuro, mostrándolo como el antagonista.
La historia transcurre bastante rápido, con algunos saltos que llegan a descolocar al espectador y con un final que lo descoloca aún más, pero en su desarrollo, conserva un buen ritmo durante todo el transcurso del film.
La butaca del acomodador 