Mes: febrero 2016

Los miércoles no existen

Los miércoles no existen

Lo que hace que algunas comedias románticas triunfen dentro del género y otras no, probablemente siempre tiene que ver con el porcentaje repartido en ellas entre el romance y la comedia. Si a estos dos ingredientes se les añade un tercero, la cosa se empieza a complicar y es fácil caer en el salto de género. Los miércoles no existen es una comedia romántica con un mayor peso de romance que de comedia, pero bastante bien equilibrada gracias a un tercer ingrediente: la música.

Esta película es la adaptación de la obra de teatro homónima, y en su paso a la gran pantalla aún se intuyen rasgos relevantes del teatro musical como los diálogos, que en escena pueden resultar de lo más normal, pero al pasarlos a la pantalla se quedan flojos y superficiales. Pasa igual con algunos personajes, claramente diseñados para teatro, que en el cine pierden parte de su esencia y mucha profundidad. A pesar de ello, Peris Romano ha sabido contar bastante bien sus historias pese a que los saltos temporales eran complicados de seguir cuando apenas se hacen cambios en la producción y en los escenarios.

Las historias, dotadas de una gran dosis de realidad, resultan divertidas y emocionales, algo de lo que es directamente culpable la música, que ocupa un papel muy importante en la película, perfectamente integrada y sin hacer demasiados excesos.

Calificación 3

Spotlight

Spotlight

Qué sobria, qué bien estructurada y qué necesaria es Spotlight. Con un gran tema, basado en hechos reales, y un reparto de excepción, la de McCarthy ya apuntaba maneras, y desde luego, ha sabido aprovechar todo lo que tenía a su alcance. La ejecución y el conjunto es sublime.

No es fácil hacer una película en la que se ataca directamente a la Iglesia, pero lo mejor de Spotlight es que no hace uso de este verbo. Una investigación periodística sobre el abuso de menores sin necesidad de aditivos más allá del propio profesionalismo y sin caer en ningún momento en el morbo o los recursos fáciles, consigue rellenar dos horas de largometraje con un ritmo equilibrado que no permite desconectar de lo que se cuenta.

Con una aparente sencillez por bandera, Spotlight tiene su punto fuerte en un reparto que se complementa a la perfección con la historia. Desde un Keaton de lo más sobrio y correcto a un Ruffalo potente y camaleónico que se gana a pulso su nominación al Oscar.

Spotlight no da tumbos entre varios géneros. Es un claro drama que muestra lo necesaria que es la profesión periodística, sobre todo cuando lo que se investiga es tan delicado que ni la justicia quiere tocarlo. La denuncia es fundamental, y Spotlight consigue, sin necesidad de convencer con artilugios, hacer ver la gravedad del problema.

La de McCarthy es de esas películas que al terminar te dejan tocado, en silencio y con un nudo en el estómago. Por la crudeza, porque lo que cuenta es real y porque sabemos que aunque haya pasado más de una década de los hechos, hoy siguen ocurriendo cosas similares.

Calificación 5